Por fin han prohibido la poesía quiero decir: la mala poesía. El gobierno, en aras del orden establecido, ha divulgado este edicto: “Se prohíbe cualquier manifestación poética que menoscabe la normativa establecida o que instigue a la abolición de la misma”. Por eso me alegro, porque ya no seré uno más entre los malos. Porque ya no podré oponerme a lo establecido. Porque ya no habrán falsas alternativas. Por primera vez Caín alza su mano orgulloso contra Abel. Él sabe, ha sabido siempre, que su padre no existe. Y golpea ufano la cabeza de su hermano hasta que estalla. El mundo es suyo y él está allí, es el primer ser y el único para recogerlo. Es todo suyo. Y Abel yace postrado en el camino. ¿Abel? ¿Quién dice Abel? ¡Abel nunca ha existido! Vicente Leal 20-11-13
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